Hay cosas que hago aquí, como ir en bici a conciertos y volver cantando sin respiración, que barren por completo la otra sensación de volver a casa (la de noche y demasiadas cosas en las que pensar). Y mira que me costó tomar la decisión de ir en bici a ver a Bishop Allen. Porque la sala Wuk está a cinco quilómetros de casa, que no es mucho, pero implica hacer medio Gürtel (y no es llano, es arriba y abajo, arriba y abajo). Pero como intuía otro dilema si decidía ir en metro (¿pagar o no?), decidí dejarme de tonterías. Llegué sana y salva y puntual y hambrienta, con el tiempo justo para tomarme un sándwich en la terraza y beber una cerveza hidratante.
¿Qué decir del concierto? A pesar de tener ciertos problemas técnicos derivados del hecho de no haber podido hacer prueba de sonido, todo el mundo disfrutó tanto que yo no dejaba de pensar en esa idea que tenemos en España de que somos el público más animado del mundo. Tenías que haber estado allí ayer dando palmitas con la click click click camera o chillando que para que las cosas mejoren, tienen que empeorar un poco un día. Claro que supongo que es fácil ganarse al público cuando los sorprendes siendo un americano que habla alemán (o que lo intenta, vamos).
Y xilófonos, ukelele, melódica, y canciones optimistas que hicieron que todo el mundo saliese con una sonrisa en la boca. Con razón se habían vendido todas las entradas.
Written by Mrs Jones
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3 tortugas:
Las dos hemos visto y oído ukeleles este fin de semana, jiji.
Me alegro de que te llegase mi sms desde Herman :D
... y odio mi teclado sin símbolos ni casi tildes.
fascinante que vayas en bici a todas partes cuando alguien inventó el transporte público... :P
Oh, Cubi, podrías volver a dejarme disfrutar de tu verso florido? (o lo que es lo mismo, me das permiso para entrar? asomo la patita por debajo de la puerta, por si acaso)
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