Lo sé. He pasado demasiadas horas de mi vida escuchando y leyendo entrevistas a músicos, he buscado de forma compulsiva en YouTube a Neil Hannon, Stuart Murdoch, Erlend Oye, Simon Fowler, Fran Healy, Jens Lekman, Jarvis Cocker, John Lennon, Bob Dylan, Johnny Cash. Son mis obsesiones estables, las que me han visto crecer y han protagonizado mil conversaciones en mi cerebro y mis pájaros.
¿Qué me han enseñado?
Johnny Cash me enseñó country (en general, sí).
Bob Dylan me enseñó a Woody Guthrie.
John Lennon me enseñó a Elvis.
Jarvis Cocker me enseñó sus manos.
Jens Lekman me enseñó a Jonathan Richman.
Fran Healy me recordó a Alex Chilton.
Simon Fowler me enseñó a Neil Young (y Paul Weller, de forma algo indirecta).
Erlend Oye me recordó a Paul Simon.
Stuart Murdoch me enseñó a Lawrence.
Y Neil Hannon.
Neil Hannon me repitió una y otra y otra y otra vez que amaba a Scott Walker. Cantó sus canciones, imitó alguno de sus estilos, citó sus letras en sus canciones.
Hace un par de días decidí hacerle caso y me encontré ante un mundo gigantesco y frágil y oscuro.
Aún estoy entrando. Intuyo que me va a costar salir.
19.5.10
El camino de la obsesión
11:39 p. m.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 tortugas:
Estoy flipando con las versiones de Brel y eso que Brel es mucho Brel...Ahora toca el resto.
Y llevo toda la semana enganchado :)
Y eso que no me acordaba que ya me había encantado una canción que tiene en la banda sonora de Life aquatic.
Jeje. Scott Walker tiene el don de crear obsesiones :)
Publicar un comentario