"¿Recuerdas cuando nos quedábamos hasta las 8 viendo vídeos de Pulp y The Smiths en bucle?", me preguntaba Sabe el otro día. "¡Y no nos aburríamos! Deberían sacar más dvd's como esos". Pero, ¿de quién? Los nuevos, los modernos, ya no son así. Ahora son superficiales y todo lo fingen. Ahora es todo de mentira. O quizá sea que nosotros ya no estamos en esa edad.
Pero puedo escuchar The Divine Comedy sin cansarme. Igual que puedo hacerlo con Belle and Sebastian. Me gusta poder seguir emocionándome con el hecho de que saquen discos nuevos, me gusta poder seguir confiando en ellos. No como mis oceanitos, que hacen canciones buenas pero que ya no arañan. Aunque seguiría temblando por un directo, por una foto, por un autógrafo como hace 10 años.
Y sé que es difícil de creer, pero esto no es nostalgia. Hay una cierta alegría detrás de saberme temblorosa. Una especie de guiño a mi yo quinceañera que odiaría que su futuro no tuviese ojos cerrados delante de una minicadena o fotos borrosas en conciertos.
Son las cuerdas instrumentales y vocales de Neil Hannon las que me han apretado el esófago estos días. Hay tanta grandeza, tanta, que es difícil no caer en el pozo de la nostalgia. Pero es entonces cuando recuerdo que todo esto es también presente y futuro y puedo bailar descalza delante del espejo o bajar a coger naranjas del árbol. So blow your nose, baby!
Written by Mrs Jones
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1 tortugas:
Lo genial es que nos haremos viejecitos y seguiremos escuchando éstas cosas que nos emocionan ahora y nos emocionaban hace diez años. Y nunca dejaremos de hacerlo, así que no habrá lugar para la nostalgia. Y me encanta la imagen :P
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